lunes, 25 de enero de 2016

To die and be alive at the same time.

- Like a father saving his children from a burning house, getting them out and dying himself. When you love you cease to live for yourself; you live for another person.

- And you think that's good?

- It overcomes instinct. Instintcs push us into fighting for survival. Like the pols ringing all the campuses. Survival of ourselves at the expense of other; each of us claws his way up. I can give you a good example. My twenty-first husband, Frank. We were married for six months. During that time he stopped loving me and became horribly unhappy. I still loved him; I wanted to remain with him, but it was hurting him. So I let him go. You see? It was better for him, and because I loved him that's what counted. See?

- But, why is it good to go against the instinct for self-survival?

- You don't think I can say.

- No.

- Because the instinct for survival loses in the end. With every living creature, mole, rat, human, frog. Even frogs who smoke cigars and play chess. You can never accomplish what your survival instincts sets out to do, so ultimately your striving ends in failure and you succumb to death, and that ends it. But if you love you can fade out and watch--

- I'm not ready to fade out.

- ...You can fade out and watch with happiness, and with cool, mellow, alpha contentment, the highest form of cotentment, the living on of one of those you love.

- But they die too.

- True... It's better not to love so that never happens to you. Even a pet, a dog or a cat. As you pointed out: you love them and they perish. If the death of a rabbit is bad... But you can grieve. Grief is the most powerful emotion a man or child or animal can feel. It's a good feeling.

- In what fucking way?

- Grief causes you to leave yourself. You step outside your narrow little pelt. And you can't feel grief unless you've love before it. Grief is the final outcome of love, because it's love lost. You do understand; I know you do. But you just don't want to think about it. It's the cyrcle of love completed: to love, to lose, to feel grief, to leave, and then to love again.
Grief is awareness that you will have to be alone and there is nothing beyond that because being alone is the ultimate final destiny of each individual living creature. That's what death is, the great loneliness. 


- Are you frightened by it?

- Yes. Consciousness of unconsciouness, if you dig what I mean. When we do die we won't feel it because that's what dying is, the loss of all that. So, for example, I'm not at all scared fo dying anymore not after that bad trip. But to grieve; It's to die and be alive at the same time. The most absolute, overpowering experience you can feel, therefore.
Sometimes I swear we weren't constructed to go through such a thing; it's too much. Your body damn near self-destructs with all that heaving and surging. But I want to feel grief, to have tears."



FLOW MY TEARS, THE POLICEMAN SAID. 
                                                                                                                                                   - Philip K. Dick.




jueves, 19 de febrero de 2015

Inception de viajes


No fue necesario repetirme a mi misma que no tenía que tener miedo. Todo en mi me decía que estaba muy bien y estaba libre, cómoda, confiada. Lo estuve desde el primer minuto en ese viaje y aún sabiendo que estaba adentrándome a unas largas y muy intensas horas de enorme sensibilidad, receptividad y psicodelia, en el medio de una sierra, en pleno día, si llegaba a dudar lo único que tenía que hacer era mirar a mi izquierda y verlo. Verlo conmigo, listo para darme la mano, un beso o un abrazo y eso iba a ser suficiente. Había sido mi guía en mi primer experiencia y todo había salido más perfecto, sabía que esta vez tampoco iba a fallar, ni yo ni él.

Sonreí.
Sin que me de cuenta de repente ya me estaba riendo con tal fuerza que me dolía la panza o me faltaba el aire, y ahí fue cuando me di cuenta: empezó el viaje.
Mi cuerpo se sentía gracioso, el sol pegándome en la piel picaba con una intensidad más fuerte que hace una hora atrás, pero paradojicamente más soportable.
Como por una fuerza mayor, me movía cien por ciento dominada por mi instinto, yo no pensaba dónde quería ir, o qué quería ver, sólo sucedía, mi cuerpo iba hacia donde quería ir y mi mirada se desviaba hacia donde tenía que ver, y siempre todo era lo correcto. Porque con lo que me encontraba, se generaba una conexión extraordinaria que me dejaba sin aire, me temblada el cuerpo. Desde unas simples flores de colores, que brillaban y vibraban llenas de vida, hasta darle de comer con la mano a un ciervo, que se paró a menos de un metro de distancia mio, y me miró a los ojos, por muchos segundos, mientras masticaba lo que acababa de darle, una criatura majestuosa, sentí una conexión que no hubiera sentido si no estaba en un estado de sensibilidad y receptividad semejante.
Tuve que inhalar y exhalar profundamente unas cuantas veces para liberar todo lo que estaba sintiendo.

Teníamos una meta pero sabíamos que antes de llegar, íbamos a desviarnos unas cuantas veces, dejándonos guiar por el instinto, siempre juntos. Y así fue, en cada lugar que parábamos para conectarnos con lo que sea que tengamos alrededor o en frente de los ojos, se detenía el tiempo. La naturaleza, tanto los animales con los que interactuabamos, como el viento y el verde, nos hablaban, nos entendían, nos saludaban, nos guiaban, nos trasmitían paz y hermosura.

No me voy a olvidar nunca de la mirada de una lechuza, completamente perfecta, que me miró directo a los ojos, tan cerca que cualquiera hubiera esperado que salga volando, pero no lo hizo, sólo se quedó parada mirándome. Giraba la cabeza cuando le hablaba. Sabía que estaba admirándola, sintió cuánto estaba amándola en ese momento y me dejó hacerlo.

Habíamos decidido ir a un lugar que ya conocíamos, para este entonces ya habían pasado unas cuantas horas.

Caminamos por una especie de laberinto, con paredes de plantas tan altas como nosotros, o al menos así lo percibíamos. Entrabamos de a uno entonces él venía atrás mío, había que ir pisando piedras y adentrándonos cada vez más en el bosque. A medida que ibamos avanzando en ese laberinto, me aceleraba por la excitación que tenía, se me habían secado los dientes de la sonrisa inmensa, aún cansada de estar trepando sierras todo el día, abajo del sol, caminando lo que no camine en toda mi vida junta, con calor, e inmensamente feliz, lo entendí:
Estaba siendo Micaela en esencia, como hace muchísimos años no lo era, totalmente plena y feliz, libre. Recordé lo mucho que amaba perderme en laberintos cuando era chica, un dato que había olvidado y mi madre me recordó hace poco. Veía un laberinto y corría a él para perderme, me divertía. Me sentí esa Micaela. Reconocí que gracias a la increíble persona que tenía atrás mío es que estaba ahí en ese momento, siendo la que era, gracias a él, y que me elegía siendo esa, la veía más allá de todo y me apoyaba, me daba fuerzas para que explote esa esencia mía. Aunque seguía caminando, sonriendo, otra vez el tiempo se detuvo y entendí todo.

En el momento en el que teníamos que entrar al lugar de destino, unos metros antes, frené casi por acto de reflejo, él frenó atrás mío, mi instinto me hizo mirar hacia mi izquierda y me encontré con la entrada a un camino aún más angosto que por el que veníamos, se veía oscuro y pasaba desapercibido, de hecho la primera vez que fuimos ni lo vimos. Él miró a donde estaba mirando, me volvió a mirar y me dijo "¿Querés ir por ahí? Si lo sentís, vamos." Le contesté que sí con la cabeza y nos metimos.
Con lo que nos encontramos a continuación fue completamente mágico, así que si no creen en ningún tipo de magia, no sigan leyendo.

El camino hasta llegar a ese espacio mágico fue algo largo, pero ya se sentía. Era muy angosto hasta que de repente se abría un circulo enorme, formado por altos, delgados y hermosos arboles. El espacio era fresco, húmedo, se escuchaban todo tipo de pájaros y se sentía cómo vibraba todo con el viento.
Atravesamos este círculo de magia y se volvió a formar el camino. Hasta quela mirada se me desvió a un rinconcito libre de arboles y plantas, era el perfecto tamaño para una sola persona y el acceso no era fácil, pero tenía que ir ahí, sí o sí, por más que lo podía ver perfectamente desde afuera, todo en mí me decía que tenía que estar parada entre esos arboles en ese instante. Así que me metí, haciendo un par de movimientos extraños, y me paré en el centro.
Mirando hacía arriba estos árboles que parecían interminables y a mi al rededor, estaban llenos de ojos, vibraban, llenos de energía que me golpeaba a tal nivel que empecé a respirar fuerte, como si me faltara el aire. Estaba sintiendo tanto que no podía mantener una respiración normal. Los árboles me hablaron, me dijeron que soy parte de todo esto, soy lo mismo que ellos, que me sienten, me sentí más conectada con el todo que nunca, sentí que mi cuerpo se podía derretir y volverse parte de ese espacio mágico y estaba bien.
Era parte de ese lugar y sentí fuerte la energía que me corría por abajo de la piel y que me trasmitía todo eso que estaba sintiendo, volví a sentir que mi cuerpo era pura energía, estaba hecho de la misma energía que cargaba todo a mi alrededor, ese sentimiento que desbloquee gracias a la Ayahuasca.
Me emocione a tal nivel que me largue a llorar, no lo pude evitar, tampoco lo quise evitar, sabía que tenía guardadas las lagrimas de hace rato y sabía que había ido a ese específico lugar a liberar todo esto que venía sintiendo. Todo me llevó a que llegue ahí.

Después de llorar mientras sonreía, y finalmente liberar. Me dí vuelta para mirarlo a él. Me vió con lagrimas, sonrió y extendió los brazos para que vaya a refugiarme en él. Y así lo hice.
Me sequé las lagrimas y volvimos al circulo enorme que mencioné anteriormente, decidimos que era tan hermoso que nos teníamos que sentar ahí y quedarnos un rato.


Todo lo que nos pasó estando sentados ahí es algo que me frustraría si intento ponerlo en palabras. Escuchamos a la naturaleza hablando entre sí, entendíamos los sonidos de los animales y del viento, pero no entendíamos si escuchábamos hablar a los humanos que pasaban cerca, desde afuera, sólo hacían sonidos con distintos tonos, pero no entendíamos las palabras. Estábamos en otro plano. Nos entendíamos sólo entre nosotros y con la naturaleza. Todo lo demás era "blablablabla". Se detuvo el tiempo.

Era un espacio que nos estaba recibiendo y protegiendo a nosotros, esos árboles nos estaban haciendo un show de baile, movimiento, espejos, colores fantásticos que para el ojo percibiendo normalmente no existían. 
Teníamos escalofríos de todo lo que estábamos sintiendo. Me temblaba el cuerpo.
Sentí que era nuestro "safe place" en el mundo. Sentí que ese lugar nuevo lo iba a llevar siempre conmigo. Siempre que necesite un momento de paz, ya lo tengo grabado en mi mente, tengo grabado cómo me sentí y siempre que lo necesite iba a poder volver. Supe que no me iba a olvidar nunca de ese momento y de ese lugar. Sentí que nos abrazó y nos protegió.

Escuchamos a unas cuantas personas que parecía que se acercaban y a punto de entrar, siempre, pero siempre, por alguna razón u otra se terminaban yendo y nunca llegaban a cruzar. Se volvió NUESTRO lugar, por todo el tiempo que estuvimos ahí. 

Se estaba poniendo oscuro y empezamos a tener frío, supimos que era hora de irnos. Empezamos a sentir cómo cambiaban las energías del bosque, completamente diferentes a las que tenía de día, todo se estaba volviendo hostil muy rápido, así que, así como nos recibió de una manera hermosa, ahora teníamos que respetar la naturaleza y saber que era hora de irnos. La oscuridad estaba creciendo tan rápido que nos sentimos perseguidos. Tuvimos que apurarnos para salir y volver al campamento.


Fue el viaje dentro del viaje más hermoso de mi vida. Si tuviera que explicarlo en una palabra, diría que fue sublime.

Vayan a Tandil. Tomen ácido. Paseen. Nada más.

martes, 23 de diciembre de 2014

heiko

(Esto lo escribí hace unos meses, entre septiembre y octubre)
11:43 am
hoy me puse triste porque leí un texto diciendo que todo en la vida tiene que tener un balance, el lado cálido y el agresivo.
como el sexo, como el amor y como yo.
me puse a pensar en lo triste que sería si esto fuese una realidad absoluta. una regla para que las cosas funcionen de la cual no se puede escapar.
el amor es hermoso, es hermoso hasta cuando es agresivo. es hermoso hasta cuando lastima.
es amor? cual es la medida justa antes de que se convierta en algo tóxico? no es amor. convierte en masoquista?
hable con una persona que justo me hablo cuando estaba pensando esto, y le dije que me había arruinado un poco el día pensar en eso
le pregunte si era posible, acaso, amar mucho a alguien sin tener, a veces, el deseo de empujarlos abajo de un colectivo.
me dijo que si, que depende de cada persona, que no existe el modelo único del amor y no tiene por qué ser así, y que hay un balance, que hay gente que te hace demasiado mal y con la que no tenes que estar.
y sentí que volví a mi eje, me volví a sentir cómoda, estaba en un abismo que no me gustaba y no me hacia sentir bien, me hacia cuestionarme en todo lo que creo o al menos quiero creer.
después volví a pensar en la relatividad de todo y sentí que me iba a explotar la cabeza, lo de siempre. nada nuevo. 

05:03 pm
no lo creo. no creo que el amor tenga que ser necesariamente tanto agresivo como cálido, eso es lo que está mal. creo que el amor sano, que construye, que alimenta y sólo hace bien existe, porque lo vivo. me creo capaz de amar a alguien sin la necesidad de también empujarlos por un puente. se que también existe gente que (me) puede amar así. sé que depende de cada persona. “el amor es extremo, si no es extremo no es amor” me dijeron. pero yo pienso, extremo no necesariamente quiere decir destructivo. eso es insano, eso no es amor, eso es una lucha de egos. 

jueves, 25 de septiembre de 2014

Lado B


Hace unos días cuando conté mi experiencia con la Ayahuasca dije que no me había dejado nada nuevo, que no me sentía de ninguna manera diferente, salvo con una buena experiencia más encima, muy satisfactoria.
Hoy, cuatro días después, vengo a vomitar palabras acá porque siento la necesidad imperiosa de hacerlo. Y como siempre, me va a salir como venga.

Estos días estuve desbordada de muchísimas cosas, me siento más perceptiva y sensible que nunca. Me siento más relajada con cosas completamente superficiales e innecesarias que hasta hace un tiempo me hacían mal, me ponían en una posición muy desagradable y dañina, hoy las miro y es como si mirara algo completamente inútil para mi vida e insignificante para lo que soy. Irreal y ajeno a mi. De plástico. ¿Cómo voy a preocuparme tanto por eso? ¿Cómo voy a dejar que interfiera tanto en mi bienestar, el cual es de oro? ¿Cómo puedo estar permitiéndome manipular por esto?
Mi mente y mi cuerpo son sagrados. Son yo y no puedo permitir más que lo que no me ayude a estar bien, se meta igual a retenerme, a tirarme abajo, a retrasar mi proceso. Tengo que cuidarlos más que nunca, son delicados, tengo que quererlos y tratarlos bien, siempre.

Tengo una necesidad de quererme mucho, de terminar de aceptarme con todo lo que soy y lo que no soy también, adaptarme a estar constantemente creciendo y cambiando. Amarme así, en movimiento. Siento que logrando esto voy a poder SER más que nunca.
Creerme capaz de hacer lo que se me cruce por la cabeza hacer porque realmente puedo.
Me di cuenta que tengo demasiado amor para dar, es incluso más grande que yo y que la mayoría de las cosas que me rodean.
Es minúsculo e insignificante comparado al amor que hay en el universo y que éste mismo nos ofrece a todos incondicionalmente, siempre.

Pero lo más lindo de haberme dado cuenta de todo eso que tengo para dar es haberme puesto un poco egoísta en el mejor de los sentidos, queriéndolo todo para mi. Quiero darme todo eso, y con eso no me refiero a guardármelo y no hacer nada al respecto, sino que quiero canalizarlo en algo que sea mío y para mi. Transformar todo eso en algo que haga yo, y que cuando lo haga se genere un movimiento de energía constante, dejo todo mi amor en esto y esto me devuelve el doble.Quiero dejar que mi sensibilidad fluya, quiero cada vez ser más perceptiva a todo lo que me rodea.
Me da miedo exponerme mucho, me da miedo volverme tan sensible que cualquier cosa pueda llegar a lastimarme. Me da miedo vivir tan despierta en una sociedad tan dormida. Me da miedo sentirme sola desde ese lugar.
Me siento tan sensible y perceptiva como una herida recién abierta, expuesta en carne viva. Así me siento: en carne viva.

Siento que estoy viviendo en otro plano, en otra realidad. Finalmente entiendo el concepto de vivir el momento, me llena de libertad. Me llena de libertad vivir el momento y quererme mucho, con esa libertad no me da miedo exponerme tanto, tengo que amar mi sensibilidad y reconocer el potencial que me brinda, reconocerla, dejar que fluya y materializarla creativamente. 

Dejé de tener la necesidad de que todos sean porque yo soy, porque simplemente siendo lo comparto por todos lados, lo contagio, no tengo que forzarlo. No tengo que buscar la forma de compartirlo con palabras, el lenguaje está completamente demás, lo real va mucho más allá, el lenguaje distorsiona, es innecesario. Es mucho más preciso cuando sólo se percibe, sin interferir con palabras. 

Siento que me están llegando tantas cosas que la cabeza se me está expandiendo de una forma grotesca.
No entiendo si esto fue pasando de a poco o me llegó todo en pleno viaje de Ayahuasca y me tomé estos días para procesarlo e ir reconociéndolo de a poco, no sé cuánto más hay.
Sé que mucho de lo que estoy viendo ahora lo vengo trabajando hace años pero nunca había podido ponerlo en practica, nunca se habían terminado de sellar las ideas. Siempre tenía una barrera que no podía romper que me condicionaba, decía "Me encantaría poder vivir esto de esta manera, sin complicarme" "Me encantaría poder terminar de entender esto de esta forma, así me libero de este malestar" "Ojalá pudiera relajar la mente con esto, en vez de seguir torturándome al pedo" Todo así, y ahora todo eso lo veo pasar. Esta pasando ahora, ya no es un
ojalá, ni un me encantaría, es una realidad. Por más que por ahora sea exclusivamente mental, es el paso más importante de todos. El practico está más cerca que nunca y ya no me desespero por tocarlo. Me liberé de algo que me estaba presionando hace muchísimo tiempo.

Ayer fumé por primera vez desde que volví y me reconecte con todo eso que sentí, de una forma muchísima más sutil pero lo reconocí enseguida, está vez no tuvo ni un poco de oscuridad. No me cabió ni un poco de duda de que eran restos que todavía tenía dando vueltas, simplemente lo supe en cuanto lo sentí, y me reí. Me alegró. Y de nuevo, fue como reencontrarme con una amiga, pero esta vez fue un reencuentro mucho más afectivo. 


"AyahuascaPropiedades curativas

Es una sustancia de utilidad en ciertas aproximaciones terapéuticas y de auto-conocimiento, y está siendo estudiada desde hace tiempo por médicos, farmacólogos, psicólogos y psiquiatras de todo el mundo como herramienta para diversos problemas, con especial relevancia en ayudar a los sujetos a romper con los procesos y hábitos dañinos para sí mismos y para otros. De hecho, su uso en tratamientos de desintoxicación y adicciones es un hecho en países como Brasil y Perú configurándose como uno de los tratamientos más punteros para las farmacodependencias.
La ayahuasca puede ser una terapia efectiva en el campo de la psiquiatría y la psicología en el tratamiento de la depresión y la ansiedad así como los problemas de personalidad y la esquizofrenia. Su compleja farmacología, muy relacionada con la sinergia existente entre diversos alcaloides, al tiempo que la escasa toxicidad demostrada por los diversos y ya numerosos estudios científicos que se van elaborando, es uno de los aspectos más relevantes de este preparado vegetal."

Me estuvo costando entender si todo esto me estaba pasando en serio, y en tal caso, fue de verdad por lo que tomé en el Delta? Es eso realmente posible? 

Lo único que cambió en mi vida fue la experiencia que viví. Nada más. 

domingo, 21 de septiembre de 2014

20/21 de Septiembre.

Esto es lo que le conté a una amiga. Lo copio y lo pego, lo retoco un poco. 

Fue un balance entre lo lindo y lo feo,
Pero fue un buen balance
Fue exclusivamente mental
Físicamente tuve muchísimo frío pero porque hacia frío
La ayahuasca es como algo exterior que se te mete en el cuerpo de visita y te hace viajar mucho
Es como que INTERACTUAS con lo que se te mete
Yo particularmente interactue bien, no todos tuvieron la misma suerte.
Te muestra cosas, te hace pensar cosas, se te caga de risa o a veces es medio oscura.
Conmigo fue un poco oscura pero no demasiado. No al punto de pasarla realmente mal, en ningún momento tuve miedo, sólo a veces incomodidad por lo intensa que es.
Una chica se asusto mucho, y lo llamo al chamán y le empezó a decir muy fuerte TENGO MUCHO MIEDO TENGO MUCHO MIEDO, no fue agradable escuchar eso.

Te genera muchísimas sensaciones, capaz me asustaba mucho y de un segundo al otro me estallaba de risa, de la nada y sin razón.

Es muy raro pero realmente sentís como que te encontras con algo adentro tuyo, en tu mente. E interactuas, a todos les paso así.
Te sentís como apoderado y te maneja por un rato. TE MANEJA eh.
Tenes que dejarte manejar porque un amigo se puso a pelearle y medio que la paso mal.
O sea, te tenes que entregar a eso que se te metió, seguirle el ritmo, dejarla fluir.
Una de las consignas era haber tenido experiencia con drogas psicodelicas.
Yo lo sentí como un reencuentro con una vieja amiga, que vino a cagarse de risa un rato y tambien a romperme un poco las pelotas, pero bien. Nunca para hacerme realmente mal.
Dura como 6 horas el efecto.
Se pasa rapidisimo, como el acido o el MDMA, porque no paras un segundo.
El lado oscuro fue que como me hacia estallarme de risa de la nada un segundo y al otro segundo parar de golpe y ponerme seria, fue muy extraño y me hizo pensar en la esquizofrenia en un momento. Pero en el segundo en el que lo pensé dije no.
Al menos conmigo fue manejable.
Te pone MUY inquieta. Porque estas a MIL. Nunca con ninguna otra droga me laburo tanto la cabeza. 

Es una montaña rusa y son mil cosas, rapidismo, y capaz ni tienen relación una con la otra.
Eso te causa una inquietud tal que yo me retorcía en el piso adentro de la bolsa de dormir.
El ambiente fue todos acostados/sentados en el deck de afuera, te va sirviendo de a vasos con un intervalo de una hora entre uno y el otro. Llegué a tomar hasta tres porque para mi fue la medida justa.

Te genera todo tipo de pensamientos, imágenes sensaciones

No podemos interactuar entre nosotros, porque nunca sabes el viaje que esta teniendo el otro.
El nos dijo, "van a haber muchos que vomiten, y van a a ver muchos otros que lloren
nadie vaya a consolar a nadie, para eso estoy yo, levantan la mano si me necesitan. 
Pero hay que dejarlos vomitar o dejarlos llorar, es bueno, están liberando algo, 
porque si interferís no sabes como puede terminar."
A mi me caían lagrimas pero no llore con angustia, simplemente me cayeron muchas lagrimas.

Mi conclusión fue que no necesito la ayahuasca, no es para mi, no me aporto nada.

Tal vez tomándola de día y sin frío pueda disfrutarla mas y sacarle mas provecho. 
En unos meses podría volver a intentarlo.
Fue divertido probar, me saque la duda y eso derivo en que sea una experiencia positiva.
Pero con respecto al mundo real no me aporto nada que ya no me hayan aportado el ácido o el MDMA, pero PARA MI fue así. Porque sentí que lo que me transmitió fue que no necesitaba curarme nada, ni aportarme nada, ni mostrarme nada muy oscuro de mi misma que ya no supiera o con lo que no esté ya trabajando.
A otra gente sí.

Volver a la civilización fue fuerte, en tigre, me pasó por arriba la ciudad y todo.

La gente esta sacada y ni se da cuenta, violenta.
Estoy todavía medio flotando en los restos que me dejó toda la experiencia.

Me parece que es una droga con la que es mucho más relativo el QUIÉN la toma que el resto de las drogas que conocemos. Porque es todo muy interior y muy personal. Se mete con vos y con lo que sos, no es que te agudiza con el mundo exterior como el ácido, por ejemplo.

De todas formas no deja de ser muy importante el ambiente con la ayahuasca, porque es una montaña rusa, es un poco alucinógena también. Cerraba los ojos y veía colores, imágenes, formas, escuchaba cosas. Abría los ojos y todo se veía distorsionado, en cámara lenta o vibrando. Con colores fantásticos, tipo fluorescentes.

Me quedé en el deck experimentando todo hasta eso de las 5 am que pude dormirme, y al rato, cuando ya era de día, me desperté, miré a mi al rededor y dije "Qué acaba de pasar". Me arrastre como pude a seguir durmiendo adentro de la casa. 

PD: El delta es un lugar lindísimo. Todo el viaje fue algo de otro mundo. Desde que me subí a la lancha yendo hasta que volví a pisar tigre volviendo. 






jueves, 15 de mayo de 2014

Más de lo mismo


Las crisis existenciales dejan de ser divertidas e interesantes después de determinado tiempo que uno las sufre y cuando ya se armaron demasiadas teorías del por qué uno las tiene sin llegar a ninguna conclusión valida. Se vuelve frustrante. Cansador. Desgastante. Incómodo. Sobre todo incómodo.
No sé cuantas veces mientras estaba haciendo algo de todos los días, como volviendo a mi casa del laburo, usando la computadora antes de irme a dormir, escuchando música, paseando, empiezo a sentir una angustia grande, que me empieza a envolver y cubrir todo, casi ahogandome. En el momento en el que lo siento venir; porque ya lo reconozco, empiezo a pensar, inquieta, como si estuviera tratando de mantenerme a flote para que no me ahogue, mientras se me va llenando todo de agua, qué es lo que estaba pensando unos minutos atrás para que me empiece a pasar esto, qué es lo que yo estoy tratando de tapar y mi inconsciente de destapar.
Pero me enojo mucho cuando me doy cuenta que ya estoy completamente envuelta por esa angustia y que aunque busque y busque no encuentro razón aparente. Me voy desde lo más insignificante y pelotudo que me haya pasado en el día, hasta el existencialismo límite de pensar, es esto todo lo que hay en la vida? En el mundo? Por qué siento que aún haciendo todo lo que quiera hacer y conociendo todo lo que quiera conocer voy a seguir sintiendo que tiene que haber algo más?
La mente es un millón de galaxias. Cada uno de nosotros es más que todo esto y al mismo tiempo somos una parte tan insignificante del todo.
Si, hay muchas cosas que me gustaría cambiar de mi vida y muchas cosas que me debo a mi misma, siento que vivo en muchos aspectos de una forma que me queda chica, pero tal vez sea pesimista o realista, depende quién lo lea: Realmente no creo que dentro de mis posibilidades hoy, ahora, pueda modificar ese sentimiento conmigo. Y todavía, no siento que resolviendo todo eso me va a dejar de pasar lo que me pasa. Hace un tiempo tuve una charla con alguien que me hizo entender que es algo que muy probablemente me pase toda mi vida, haga lo que haga. Pero que el objetivo es entender que es natural, y que no me tiene que hacer mal.
La relación que encuentro entre todos los momentos en los que me siento así es única: Estoy sola. En ese preciso momento, estoy sola.
Tal vez hace quince minutos atrás no, tal vez dentro de media hora no. Pero ahora sí.
Es estar conmigo y encontrarme con mis pensamientos? Ya pensé tanto la razón que me cansé y abandoné hace un tiempo, ahora prefiero pensar en cómo evitarlo. Pero cada vez es más difícil y siempre tengo la esperanza de que en uno de los millones, me ilumine y encuentre el por qué, para que nunca más me pase, o al menos, si me pasa, dejarlo pasar.
Suena a que es un sentimiento desgarrador y que mañana voy a salir a tirarme abajo de un tren. No es así, claro que no. No soy una persona depresiva. Es simplemente muy incomodo, molesto, y angustiante. Es un vacío injustificado que se siente en donde vendría a estar la boca del estomago. Al que le pasa lo entiende y al que no, traten de pensar alguna vez que hayan tenido algo que les haya hecho muy bien, y que un día no lo tienen más. Sienten un vacío y una angustia pesada. Es algo así, supongo. Pero momentáneo, y de la nada. Me gustaría poder dar un mejor ejemplo.
Lo único que me tranquiliza en esos momentos es saber que así como vino, se va. En cualquier momento y sin nada en particular, al menos que yo pueda reconocer, se va. Entonces lo sufro, la paso mal, me como la cabeza, pero cuando no puedo más pienso: Bueno, en un ratito se me pasa. Ya está.

A veces pienso que me estoy volviendo loca.

sábado, 3 de mayo de 2014

No sé dormir la siesta.


Hasta recién estaba en la cama haciendo de cuenta que dormía hace 40 minutos. "Haciendo de cuenta" quise decir, forzándome, para que mi cuerpo se lo crea y finalmente dormirme de verdad, pero no pude, como de costumbre. No me siento bien durmiendo la siesta y nunca pude dar una respuesta coherente al por qué de este fenómeno. Sueño no me falta, de hecho anoche me dormí a las 3 de la mañana y hoy me desperté a las 9, de 9 a 11 estuve cuasi despierta y a las 11 decidí abandonar y levantarme para hacerme una buena taza de café y asumir que no voy a dormir más que eso, así que SI tengo sueño, pero no lo suficiente como para que ahogue mis pensamientos, la mente deje de trabajarme a mil por hora y poder entregarme al hermoso placer de DORMIR, que tan hermoso es.
En esos 40 minutos intentando dormir sin darme cuenta empecé a irme por las ramas pensando mil cosas en relación a mi incapacidad para algo tan lindo y placentero, inconscientemente tratando de llegar a una respuesta. Hay algo que debería estar haciendo ahora? No. Estoy faltando al trabajo y eso me da culpa? Es sábado. Siento que debería estar en otro lugar? No. Con otra persona? No. Todo esta teóricamente en su lugar, no me falta nada, no debería estar haciendo ninguna otra cosa que no sea disfrutar de una buena siesta al lado de la persona con la que quiero estar y que ya hace rato esta profundamente dormido. Y eso es irrelevante, también debería poder dormir una siesta sola sin que nada me persiga y disfrutarla. Pero el hecho de encima hacerlo acompañada, me da aun MÁS razones por las cuales DEBERÍA poder relajarme, dormirme y disfrutar de este momento, hoy y ahora.
PEOR NO. Mi cabeza no se calla. No puedo parar de pensar mil cosas, pelotudeces y otras no tan pelotudas. Pero las no pelotudas no son cosas que pueda o necesite resolver ya, en este instante, entonces POR QUE NO ME PUEDO DORMIR!?
No me puedo dormir y no paro de pensar, miro por la ventana cómo se va oscureciendo el día de a poquito y eso me hace sentir peor. Entonces, si relaciono la angustia que me da el hecho de que el día este oscureciendo con la injustificada razón de la culpa que me da dormir la siesta, ... AH.
Mi problema no esta en que hoy debería estar haciendo otra cosa, o en otro lugar.
Es todo mental, es la misma presión de toda mi vida. Son secuelas de mis crisis existenciales. Es esa ilusión de necesidad de llenar un vacío con algo que todavía estoy tratando de descubrir qué es y siento que se me pasa el tiempo. Es la culpa de seguir sin poder dar el paso más importante para romper con esta enferma manía de obsesionarme y castigarme hasta llegar a dónde quiero llegar.

De a poco estoy empezando a aceptar la idea de que tal vez debería poder aceptarme a mi misma como soy ahora y tal vez así llegar a donde quiera llegar. Tal vez cuando llegue al primero, no me haga falta llegar al segundo y todos los vacíos van a estar llenos.

Mientras tanto, me voy a hacer otro café.