Me tiemblan las manos y cierro fuerte los ojos cuando una Micaela adentro me dice que puedo reconstruirlo todo de nuevo y que vuelva a ser mi lugar. Esa Micaela todavía no entiende por que me fui, todavía insiste en que estoy equivocada y que ahí me tenia que quedar. Tengo que hablarle y tratarla como si fuera una nena ingenua, caprichosa y miedosa. Ya no quiere moverse mas, si hubiera sido por ella nos quedábamos hasta el final. Pero tiene que confiar en mi. Como siempre que nos fuimos estando cómodas, siempre confió. Es la única garantía que tengo para darle. Somos nosotras, otra vez solas.
La ingenua de adentro tiene que mantenerse fuerte con el simple hecho de entender que necesito algo mas, que estoy buscando algo que todavía no encontré. Que cambié de página y tuve sed, que algo o acá adentro me dijo que tengo la necesidad de avanzar. Si me quedaba en ese hogar cómodo y lindo que me había armado, iba a terminar conformándome. Eso va en contra de los principios de las dos.
Ella lo entiende. Vamos a estar bien.
No se de donde saco la fuerza para arrodillarme y empezar a esparcir las partes rotas y sucias. Trato de no prestarle mucha atención a nada por que si me lo permito se que me ahogaría en un mar de recuerdos. No puedo ahogarme, me va a hacer mal. Necesito mantenerme en la superficie, lo suficiente para terminar de hacer lo que tengo que hacer e irme de una vez. Avanzar.
La Micaela de adentro llora y grita desesperada. Con cada pedazo que agarro le duele más. Yo la ignoro y sigo.
Ya estuvimos en situaciones similares, tal vez no tan dolorosas, tal vez no tan destructivas. Pero tuvimos lugares lindos armados que ya rompimos y supimos avanzar. Es lo que hacemos. Si me siento a pensar, amo y extraño todos los lugares y recuerdos que deje atrás. Amo aun mas, a la persona en la que me fui convirtiendo gracias a eso. A todo lo que aprendí dejando atrás y sabiendo seguir adelante conmigo misma. Miro para atrás y los extraño a todos. Las épocas. Mi historia.
Me toca citar a J. D. Salinger y uno de mis libros preferidos que me cambiaron la cabeza: "No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo." - The Catcher in The Rye.
Tengo un nudo en la garganta. Miro a mi al rededor y es tanto lo que tengo que arreglar. Hacer las pases con la Micaela de adentro y volver a aprender a estar solas de nuevo. Aprender, de eso se trata todo, no?