martes, 23 de diciembre de 2014

heiko

(Esto lo escribí hace unos meses, entre septiembre y octubre)
11:43 am
hoy me puse triste porque leí un texto diciendo que todo en la vida tiene que tener un balance, el lado cálido y el agresivo.
como el sexo, como el amor y como yo.
me puse a pensar en lo triste que sería si esto fuese una realidad absoluta. una regla para que las cosas funcionen de la cual no se puede escapar.
el amor es hermoso, es hermoso hasta cuando es agresivo. es hermoso hasta cuando lastima.
es amor? cual es la medida justa antes de que se convierta en algo tóxico? no es amor. convierte en masoquista?
hable con una persona que justo me hablo cuando estaba pensando esto, y le dije que me había arruinado un poco el día pensar en eso
le pregunte si era posible, acaso, amar mucho a alguien sin tener, a veces, el deseo de empujarlos abajo de un colectivo.
me dijo que si, que depende de cada persona, que no existe el modelo único del amor y no tiene por qué ser así, y que hay un balance, que hay gente que te hace demasiado mal y con la que no tenes que estar.
y sentí que volví a mi eje, me volví a sentir cómoda, estaba en un abismo que no me gustaba y no me hacia sentir bien, me hacia cuestionarme en todo lo que creo o al menos quiero creer.
después volví a pensar en la relatividad de todo y sentí que me iba a explotar la cabeza, lo de siempre. nada nuevo. 

05:03 pm
no lo creo. no creo que el amor tenga que ser necesariamente tanto agresivo como cálido, eso es lo que está mal. creo que el amor sano, que construye, que alimenta y sólo hace bien existe, porque lo vivo. me creo capaz de amar a alguien sin la necesidad de también empujarlos por un puente. se que también existe gente que (me) puede amar así. sé que depende de cada persona. “el amor es extremo, si no es extremo no es amor” me dijeron. pero yo pienso, extremo no necesariamente quiere decir destructivo. eso es insano, eso no es amor, eso es una lucha de egos.